Colombia
Frutas, fermentados y grasas buenas forman parte de la fórmula para vivir más y mejor, según Alexandra Pérez experta en nutrición.
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Por: Michele Odarba
Creativo Digital
"Con el envejecimiento hay cambios a diferentes niveles, a niveles de las células, de los órganos, de los sistemas. Puede [también] haber cambios a nivel cognitivo y psicológico", explica la nutricionista Alexandra Pérez en conversación con People en Español. "Como sociedad asociamos el envejecimiento con la piel, con lo visible, si tienes arrugas o no. Pero eso es solamente un detalle, porque todos los tejidos del cuerpo están envejeciendo".
La buena noticia es que, aunque no podemos detener el paso del tiempo, sí podemos influir en cómo envejecemos. Una dieta balanceada se puede transformar en el mejor aliado para que el proceso de envejecimiento se desarrolle de una forma menos agresiva. "Desde la nutrición tienes la posibilidad de tener los recursos que le ayuden a tu cuerpo a ser lo más eficientemente posible en la etapa de la vida donde estés", añade Pérez.
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Alimentos fermentados como el yogurt (bajo en grasa y sin azúcar añadido), el miso, el tempeh, el kéfir, el kimchi o el chucrut deben ser parte regular de tu nutrición por los grandes beneficios que traen al bienestar del cuerpo. "Los lácteos y los vegetales fermentados ayudan no solamente al intestino, también a la microbiota. Una buena microbiota está asociada con salud en general y con calidad del envejecimiento", indica la nutricionista.
El consumo de frutas y verduras es uno de los puntos en común que comparten diversos tipos de alimentación que están asociados con la longevidad, como las dietas mediterránea, nórdica y de Okinawa. "Son una fuente natural de antioxidantes, que son fundamentales para reducir el daño de las membranas celulares, lo que acelera el envejecimiento", asegura Pérez.
Además, su gran contenido de fibra y compuestos bioactivos tienen múltiples funciones asociadas con la salud del cuerpo.
El aguacate, las olivas y su aceite extra virgen, las nueces y las semillas son alimentos altamente ricos en grasas saludables y que aportan beneficios a nuestra salud. "El consumo de este tipo de grasas reduce factores de inflamación, ayuda con reducción de riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer", dice la experta.
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El pescado, especialmente el salmón, el atún, el arenque o la caballa, es un alimento predilecto para encontrar el aporte que necesita nuestro cuerpo de omega-3, una grasa que nos ayuda a reducir múltiples factores que generan inflamación. Además, este alimento también es una fuente rica en proteínas, fundamentales para el cuidado de la masa muscular, según lo indica la experta.
El consumo de los llamados ultraprocesados tiene un efecto totalmente contrario al que buscamos para una vejez saludable, ya que aceleran el desgaste de las células de nuestro organismo. "En general [comerlos] es todo lo opuesto a lo que estamos buscando cuando hablamos de una vejez saludable", advierte Pérez.
El exceso de este tipo de productos deteriora el buen funcionamiento del cerebro, aumenta marcadores inflamatorios en el cuerpo, incrementa la grasa del tejido adiposo y eleva el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y depresión.
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Envejecer de manera saludable es reducir el riesgo o retardar la aparición de enfermedades. Es mantener de la mejor manera posible nuestra parte física con buena masa muscular, evitar una acumulación excesiva de grasa, mantener un peso saludable. Y conservar en la mayor medida posible la función cognitiva y la memoria. La alimentación juega un papel crucial en este proceso, y adoptar hábitos alimenticios saludables puede marcar la diferencia en nuestra calidad de vida a medida que envejecemos.