Colombia
Las señales de alerta, como somnolencia diurna, cefaleas o levantarse por la noche, suelen pasarse por alto, pese a que casi mil millones de adultos manifiestan algún grado de esta afección.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Un estudio internacional identificó un fenómeno alarmante: la apnea social, que surge cuando los patrones de vida durante los fines de semana potencian los riesgos asociados a la apnea obstructiva del sueño.
De acuerdo con la investigación, dirigida por Danny Eckert, profesor en la Universidad de Flinders en Australia, hábitos cotidianos como el consumo de alcohol, tabaco y la alteración de los horarios de descanso incrementan el peligro de este trastorno respiratorio nocturno.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, la gravedad de esta afección se incrementa notoriamente en los días de descanso, lo que revela el fuerte impacto de los hábitos sociales en la salud del sueño.
Los resultados, publicados en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, provienen del análisis de datos anónimos de más de 70.000 participantes, en su mayoría hombres de mediana edad con sobrepeso.
Todos fueron monitoreados con sensores bajo sus colchones capaces de registrar la frecuencia cardíaca, los ronquidos y las interrupciones respiratorias nocturnas.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) ocurre por pausas completas o parciales en la respiración provocadas por la relajación de los músculos de la parte posterior de la garganta, lo que llega a dificultar el paso de aire.
Este trastorno se manifiesta no solo en quienes roncan, también en personas que duermen solas, dato que subraya la necesidad de atención según Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño y consultor del Hospital Universitario Austral.
Existen ciertos síntomas que pueden alertar sobre la presencia de apnea del sueño, entre ellos sudoraciones nocturnas, cefaleas matutinas o la frecuencia elevada al levantarse de la cama para orinar.
Pérez Chada señaló que actualmente, 936 millones de adultos en todo el mundo padecen apnea de leve a grave, según datos publicados por la revista The Lancet.
La investigación liderada por Eckert constató que durante los fines de semana el problema tiende a agravarse.
En palabras del especialista: “Obviamente, las personas tienden a beber más los fines de semana. Tienden a fumar más cuando llegan estos días si son propensas a fumar”.
Según el estudio, la probabilidad de experimentar apnea del sueño de moderada a grave aumenta un 18% los sábados respecto a los miércoles.
Entre quienes duermen al menos 45 minutos extra durante el fin de semana en comparación con quienes apenas modifican su descanso, el riesgo se eleva en un 47%; además, el denominado jetlag social, un desfase de una hora o más entre el sueño de los días laborales y el del fin de semana, incrementa un 38% el riesgo de padecer la forma más severa del trastorno.
La apnea obstructiva del sueño impacta especialmente en personas mayores y quienes presentan sobrepeso u obesidad, también implica riesgos elevados de accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial y diabetes tipo 2.
En ese sentido, la somnolencia diurna relacionada puede afectar la seguridad en la conducción, gestión emocional y la vida personal.
A pesar de la gravedad, más del 80% de quienes la padecen no lo saben, según estimaciones compartidas por Eckert en entrevista con la Universidad de Flinders, en la que explicó que la apnea no está limitada a quienes presentan sobrepeso o roncan frecuentemente.
“Casi mil millones de personas en todo el planeta dejaron de respirar al menos cinco veces por hora”, detalló, y afirmó que “la mitad de los pacientes que acuden al servicio clínico para el diagnóstico de apnea no son obesos”.
Entre las señales de mayor interés para los clínicos aparecen la somnolencia excesiva en el día, la niebla mental por las mañanas, los dolores de cabeza o el hecho de quedarse dormido en situaciones inusuales, como al conducir, incluso, el levantarse reiteradamente durante la noche para ir al baño también aparece como un síntoma.
El consultor de los Servicios Nacionales de Salud del Reino Unido (NHS), Sriram Iyer, destacó la consistencia de los síntomas de la AOS de una noche a otra y consideró razonable vincular el empeoramiento con las conductas de fin de semana.
El otorrinolaringólogo de la clínica Cleveland de Londres, Ryan Chin Taw Cheong, advirtió que si bien el estudio no recogió datos precisos sobre los hábitos individuales, el consumo de alcohol y tabaco está asociado a la intensificación de la AOS.
“Abordar estos factores debe ser prioritario en el tratamiento de la enfermedad. Si consume mucho alcohol o fuma mucho, cualquier cosa que hagamos como profesionales médicos será solo una gota en el océano”, advirtió Cheong.
Las estrategias de tratamiento incluyen la utilización de dispositivos de presión positiva en las vías respiratorias (Cpap), la pérdida de peso o el uso de férulas mandibulares.
Eckert subrayó que, aunque la Cpap ha sido eficaz y disponible durante medio siglo, cada paciente puede requerir distintas soluciones, desde la corrección postural hasta opciones quirúrgicas o medicamentosas.
Evitar comidas pesadas o el consumo excesivo de cafeína también puede mejorar la calidad del sueño, de acuerdo con los consejos integrados en la entrevista de la Universidad de Flinders.