Colombia
El último informe del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud alertó sobre deterioro financiero, aumento de cáncer y desigualdad regional en el acceso a servicios médicos especializados.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
El sistema de salud del magisterio atraviesa un déficit financiero histórico y un aumento en enfermedades crónicas como el cáncer, con riesgos directos para la atención de los docentes de Colombia, según el más reciente informe del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud.
El informe, publicado el 10 de septiembre de 2025, advirtió sobre la posible falta de transparencia presupuestal, deterioro en los indicadores de salud y una red prestadora fragmentada, lo que impacta de manera crítica la garantía del derecho a la salud de más de 800.000 afiliados al Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag).
La población afiliada al Fomag posee un marcado perfil femenino y una edad promedio elevada; seis de cada diez afiliados son mujeres y la mayoría de docentes tienen entre 45 y 65 años.
De acuerdo con el análisis, esta estructura implica una doble demanda de servicios: tratamientos crónicos para adultos y atención pediátrica para beneficiarios menores de 19 años.
El estudio de Así Vamos en Salud indicó que la mitad de los afiliados residen en solo siete departamentos: Bogotá D.C., Antioquia, Valle del Cauca, Santander, Córdoba, Atlántico y Bolívar, lo que complica la planeación regional de la red asistencial.
El reporte señaló que en 2024, el cáncer se consolidó como la principal causa de muerte entre los docentes con 957 casos, seguido de enfermedades cardiovasculares y otras afecciones crónicas.
Los tipos de cáncer con mayor deterioro en mortalidad y prevalencia incluyen cérvix, colon-recto, mama y próstata, con tasas de crecimiento superiores al doble en los últimos cinco años.
Las enfermedades infecciosas como el VIH también muestran tendencia al alza, pues la mortalidad por esta enfermedad alcanzó los 3 decesos por cada 100.000 afiliados en 2023, mientras que la prevalencia casi se duplicó entre 2020 y 2024.
El informe resaltó además retrasos considerables para iniciar tratamientos oncológicos, en especial en cáncer de cérvix, en los que la espera promedio supera los 120 días.
El análisis detalló que el Fomag mantiene contratos con 2.561 Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) y 6.032 sedes en todo el país, aunque existe alta concentración de servicios en el 20% de los departamentos.
El 76% de la red corresponde a entidades privadas y al menos 13 sedes no cuentan con habilitación oficial en el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (Reps), lo que limita la transparencia sobre su operación.
El acceso a la atención enfrenta retos adicionales por la alta proporción de Pqrs (Peticiones, Quejas, Reclamos y Sugerencias), pues el magisterio mantiene uno de los índices más altos en el país.
En 2025 se reportaron 19.440 quejas, especialmente relacionadas con demoras en la entrega de medicamentos, cita oportuna y atención de alto costo como quimioterapia y hemodiálisis.
El informe advirtió que el sistema opera bajo un desbalance estructural entre ingresos y gastos.
Por ejemplo, en 2024, los recursos ejecutados en salud alcanzaron los $4,8 billones de pesos, con un déficit histórico de $2,1 billones, es decir, los gastos superaron en un 184% a los ingresos.
La tendencia se mantiene para el 2025, dado que el presupuesto proyecta un déficit de $568.000 millones, sin contemplar ajustes por inflación ni el avance real de los costos médicos.
La investigación de Así Vamos en Salud destacó que no existe un reporte de balances financieros confiable del Fomag, razón por la que persiste una gran diferencia entre los informes presupuestales y los estados financieros, lo que impide a la ciudadanía y a la Superintendencia de Salud un seguimiento efectivo sobre la gestión del fondo.
Además, el 60% del gasto se dirige a contratos médicos, mientras que el 30% corresponde a costas judiciales y conciliaciones relacionadas con la prestación de servicios, según verificó Así Vamos en Salud.
El creciente envejecimiento de los afiliados, la doble carga epidemiológica y la fragmentación de la red prestadora generan presiones cada vez mayores sobre la capacidad de respuesta del sistema.
El informe señaló la urgencia de fortalecer la transparencia, mejorar la trazabilidad y adoptar controles más estrictos para garantizar la sostenibilidad del modelo de salud docente en Colombia.