
Colombia
El descenso de la temperatura corporal central en pacientes críticos aumenta las complicaciones cardiovasculares, infecciosas y de coagulación.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

La hipotermia es un problema frecuente en las unidades de cuidado intensivo (UCI) y puede traer consecuencias clínicas graves para los pacientes más vulnerables.
Un estudio publicado en el Journal of Intensive Care por Abelha y su equipo en 2005, citado por la National Library of Medicine (PMC), determinó que el 57,8 % de los pacientes ingresados en una UCI quirúrgica presentaban hipotermia central al momento de su ingreso.
Esta condición se define cuando la temperatura corporal central cae por debajo de 36 °C, desencadenando una serie de complicaciones que afectan la seguridad y recuperación de quienes la padecen.
Las principales complicaciones asociadas a la hipotermia en pacientes críticos incluyen alteraciones cardiovasculares, mayor riesgo de infecciones, problemas de coagulación y retrasos en la cicatrización.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Europea de Anestesiología (Esaic) indican que estos efectos adversos pueden extender la estancia hospitalaria y aumentar la demanda de tratamientos, afectando la calidad de vida del paciente y la eficiencia de los servicios hospitalarios.
Especialistas consultados por Solventum Colombia explicaron que mantener la normotermia, una temperatura entre 36 y 37 °C, es fundamental para prevenir efectos graves, dado que esta medida ayuda a reducir complicaciones cardiovasculares, infecciosas y hemorrágicas.
Entre las alteraciones más importantes se encuentran las arritmias, variaciones bruscas de la presión arterial y una disminución de la respuesta inmunológica que eleva el riesgo de infecciones.
Frente a estos desafíos, hospitales y clínicas han empezado a implementar sistemas de calentamiento corporal activos, como mantas térmicas y la administración de líquidos tibios, para estabilizar a los pacientes y mantener la temperatura adecuada.
Los equipos más modernos permiten regular la temperatura de manera continua y segura, facilitando un calentamiento progresivo sin riesgos añadidos para el paciente.
Dante Miguel Burgos, Especialista Clínico de Solventum Colombia, explicó que con la incorporación de esta tecnología se logra una estabilización más rápida de los pacientes y se minimizan las complicaciones postoperatorias, especialmente en los casos de mayor riesgo.
Burgos resaltó el beneficio de ofrecer “soluciones seguras y basadas en evidencia científica” al personal sanitario, lo que se traduce en menores tasas de hipotermia y mejores resultados clínicos.
Desde Solventum insisten en que la hipotermia en pacientes críticos no debe ser vista como una complicación menor, ya que los efectos adversos impactan tanto la salud del paciente como los costos y la eficiencia del sistema hospitalario.
Entre las consecuencias más relevantes se encuentran la prolongación de la estancia hospitalaria y la necesidad de tratamientos adicionales, que retrasan la recuperación y afectan el pronóstico del paciente.
Por estos motivos, especialistas en salud coinciden en la necesidad de incorporar el monitoreo continuo de la temperatura corporal y la prevención activa de la hipotermia en los protocolos estándar de las UCI y quirófanos.
De este modo, es posible asegurar la normotermia desde el ingreso hasta la recuperación completa, favoreciendo así la seguridad y el bienestar de los pacientes críticos.