
Colombia
El reflejo involuntario de estirarse y bostezar al despertar ayuda a liberar tensión, activa la fascia y regula funciones biológicas cruciales según expertos en neurociencia y salud muscular.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

Al despertar, más allá del simple acto de abrir los ojos, una secuencia casi instintiva ocurre en millones de personas: el cuerpo se despereza, los músculos se estiran y el bostezo aparece.
Este reflejo universal, conocido como pandiculación, resulta en una sensación placentera casi instantánea que ha despertado la curiosidad de la ciencia, pues según Cleveland Clinic, este fenómeno involucra la activación de hormonas claves como la dopamina y el cortisol, contribuyendo decisivamente al bienestar físico.
La pandiculación es un reflejo presente tanto en seres humanos como en otros mamíferos. Su función principal consiste en liberar la tensión acumulada en los músculos y preparar el cuerpo para la actividad diaria.
El Dr. Jeffrey Brown, médico de atención primaria de la institución, explicó que este acto está "programado en el cerebro" y resalta que animales como los gatos la evidencian con sus característicos estiramientos matutinos, fundamentales para la agilidad muscular.
Este reflejo automático suele presentarse en las transiciones entre el sueño y la vigilia, especialmente al despertar, e incluye un gran estiramiento acompañado, frecuentemente, de un bostezo, por lo que la acción ocurre sin intervención consciente y sus beneficios se sienten de forma inmediata.
Aunque aún no se conoce con exactitud qué inicia este reflejo, el Dr. Brown explicó que la pandiculación tiene su origen probable en el hipotálamo, región cerebral regula funciones esenciales, entre ellas el sueño, el estado de ánimo y la temperatura corporal.
Durante el proceso, el hipotálamo desencadena la liberación de cortisol, hormona relacionada tanto con la respuesta al estrés como con el mantenimiento del reloj biológico, y de dopamina, asociada con la sensación de placer. Esta combinación hormonal explicaría por qué el estiramiento y el bostezo resultan tan agradables.
Aunque a simple vista la pandiculación y el estiramiento convencional parecen similares, existen diferencias fundamentales.
El estiramiento voluntario requiere acción consciente y puede tomar muchas formas (activo, dinámico, estático), mientras que la pandiculación es un acto involuntario donde los músculos se estiran y contraen simultáneamente.
“Cuando pandiculas, tus músculos tiran en una dirección mientras los empujas en la opuesta”, puntualizó Brown que diferenció esta acción de cualquier tipo de estiramiento tradicional.
Los beneficios de la pandiculación incluyen la reducción de tensión muscular, la activación del tejido conectivo, conocido como fascia, la mejora postural y la regulación del reloj biológico.
Este reflejo ayuda a restablecer la actividad eléctrica de los músculos tras periodos de reposo, favoreciendo una sensación de relajación y mayor postura erguida.
Aunque la pandiculación es automática, también puede practicarse intencionadamente, pues entre los ejercicios sugeridos se incluye tumbarse sobre la espalda, flexionar las rodillas y alternar entre arquear y relajar la zona lumbar de forma controlada.