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El estudio ofrece un nuevo modelo para comprender cómo evolucionan las conexiones neuronales y sugiere que ciertos trastornos se asocian con cambios específicos en cada etapa.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

El desarrollo del cerebro humano no sigue un patrón uniforme, sino que atraviesa cinco etapas diferenciadas a lo largo de la vida, según determinó un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge en un trabajo publicado en Nature Communications.
El análisis, basado en resonancias magnéticas realizadas a 3.802 personas entre cero y 90 años, identificó cuatro puntos de inflexión determinados a los 9, 32, 66 y 83 años, que marcan cambios importantes en la conectividad cerebral y en el rendimiento cognitivo.
Los resultados sugieren que la forma en la que el cerebro está conectado puede estar relacionada con trastornos neurológicos, enfermedades mentales y problemas del neurodesarrollo, por lo que mediante el seguimiento de la estructura cerebral desde el nacimiento hasta una edad avanzada, los investigadores detectaron cinco fases amplias, divididas por los puntos de transición que definen etapas claramente diferenciadas en la vida.
Según los investigadores de la Universidad de Cambridge, la conectividad cerebral evoluciona de manera compleja y no en línea recta a lo largo de la vida humana.
Comprender estos patrones resulta clave para explicar cómo se produce el desarrollo y el envejecimiento cerebral, así como para detectar momentos de mayor vulnerabilidad a ciertos trastornos.
Alexa Mousley, becaria Gates Cambridge y directora de la investigación, declaró en un comunicado de la universidad: “Sabemos que el cableado cerebral es crucial para nuestro desarrollo, pero carecemos de una visión global de cómo cambia a lo largo de nuestra vida y por qué. Este estudio es el primero en identificar las principales fases del cableado cerebral a lo largo de la vida humana”.
Por su parte, Duncan Astle, catedrático de neuroinformática en Cambridge, resumió el hallazgo: “Mirando atrás, muchos sentimos que nuestras vidas se han caracterizado por diferentes fases. Según hemos podido identificar: nuestro cerebro también pasa por estas etapas”.

Durante la infancia, el cerebro atraviesa la “consolidación de la red” neuronal: las conexiones más activas sobreviven y se fortalece tanto la materia gris como la blanca, responsables de la función y la comunicación neuronal, respectivamente.
El proceso culmina cerca de los nueve años, cuando el cerebro experimenta un cambio radical en su capacidad cognitiva y es también un período en el cual el riesgo de trastornos de salud mental se incrementa.
Entre los 9 y los 32 años, se da una fase definida por los autores como la adolescencia cerebral, en la que el cerebro optimiza sus redes de comunicación internas.
Mousley puntualizó que “la eficiencia neuronal está, como se puede imaginar, bien conectada por caminos cortos, y la era de la adolescencia es la única en la que esta eficiencia está aumentando”.
A los 32 años se produce el punto de inflexión topológico más marcado de toda la vida, con la mayor parte de los cambios direccionales y una transformación significativa respecto a las otras etapas.
Desde los 32 hasta los 66 años, el cerebro entra en una fase de estabilidad. Durante este tiempo no se producen grandes puntos de inflexión y el rendimiento cognitivo permanece estable.
Los expertos indican que este período coincide con una cierta estabilidad en inteligencia y personalidad y es, también, el momento en que la “segregación” cerebral gana protagonismo: las distintas regiones cerebrales se empiezan a compartimentar cada vez más.
En la etapa de envejecimiento temprano, a partir de los 66 años, se observa una disminución progresiva de la conectividad, fundamentalmente debida a la degradación de la materia blanca.
El estudio advirtió que este proceso se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades como la hipertensión.
Al respecto, Mousley afirmó en el comunicado que “los datos sugieren que una reorganización gradual de las redes cerebrales culmina a mediados de los sesenta”, y relaciona esta reorganización con el proceso mismo del envejecimiento cerebral.
Finalmente, la fase que se inicia alrededor de los 83 años implica una transformación en la dinámica cerebral. Los científicos señalaron que “es un cambio de lo global a lo local, ya que la conectividad de todo el cerebro disminuye aún más y aumenta la dependencia de determinadas regiones”.
La información disponible sobre esta etapa es limitada, pero los especialistas sostienen que esas modificaciones pueden tener relación directa con las habilidades cognitivas en la vejez.
Los autores del estudio señalaron que muchas afecciones neurológicas, mentales y del desarrollo están ligadas a la configuración cerebral, cuyos cambios permiten predecir dificultades en la atención, el lenguaje, la memoria y otros comportamientos.
Según el comunicado, “entender que el recorrido estructural del cerebro no es una cuestión de progresión constante, sino más bien uno de varios puntos de inflexión importantes, nos ayudará a identificar cuándo y cómo su cableado es vulnerable a las interrupciones”.