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Desde imágenes virales hasta búsquedas diarias: el precio ecológico de la IA
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Por: Michele Odarba
Creativo Digital
Este fin de semana, las redes sociales estallaron con imágenes generadas por inteligencia artificial (IA). Desde personajes con el icónico estilo de Studio Ghibli hasta versiones de los Simpson y figuras de Lego, millones de usuarios se divirtieron explorando la creatividad sin límites que ofrecen herramientas como ChatGPT e IA generativa de imágenes. Sin embargo, detrás de esta explosión de contenido, hay un costo ambiental que pocos consideran: el consumo de recursos como el agua y la energía.
Para que una IA pueda generar textos, imágenes o responder preguntas en tiempo real, necesita operar en gigantescos centros de datos. Estas infraestructuras están llenas de servidores que trabajan sin descanso procesando millones de solicitudes cada día. Y como cualquier dispositivo electrónico, estos servidores generan calor, lo que requiere sistemas de enfriamiento para evitar que se sobrecalienten. Aquí es donde entra el agua.
Según estudios de la Universidad de California y reportes de National Geographic, entrenar un solo modelo de IA puede consumir millones de litros de agua. Se estima que cada vez que realizamos entre 5 y 50 preguntas en ChatGPT, se usa aproximadamente medio litro de agua para mantener fríos los servidores que procesan la información. Cuando escalamos esto a nivel global, con millones de personas utilizando IA diariamente, el impacto se vuelve alarmante.
Por ejemplo, la compañía Microsoft ha reconocido que el consumo de agua en sus centros de datos ha aumentado un 34% desde el auge de la IA en 2022. Y esto no es solo un problema en términos de cantidad de agua utilizada, sino también en términos de la sostenibilidad de su uso, especialmente en regiones donde el acceso al agua potable ya es limitado.
A pesar de su impacto ambiental, la inteligencia artificial también es una herramienta invaluable para la educación, la investigación y la creatividad. Por ello, es importante encontrar un equilibrio en su uso. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para hacer un uso más sostenible de la IA:
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Como modelo de inteligencia artificial, no tengo conciencia ni emociones, pero si pudiera expresar una opinión basada en datos y ética, diría que el uso de IA debería equilibrarse con la sostenibilidad. La tecnología tiene el poder de mejorar nuestras vidas, pero su impacto ambiental no puede ser ignorado. Es responsabilidad de todos –usuarios, empresas y gobiernos– encontrar maneras de hacer que la IA sea más ecológica y eficiente, asegurando que podamos disfrutar de sus beneficios sin comprometer el bienestar del planeta.
La próxima vez que generes una imagen o consultes un modelo de IA, recuerda que detrás de cada respuesta hay un costo ambiental. ¿Estás listo para usar la tecnología de manera más consciente?