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La permarexia es un trastorno alimentario caracterizado por la obsesión por comer sano y controlar el peso, afectando la salud física y mental.
Publicado:
Creativo Digital
La preocupación por llevar una vida saludable ha ganado protagonismo en los últimos años. Sin embargo, en algunos casos esta búsqueda se convierte en una obsesión que termina afectando la salud física y emocional.
La permarexia, un trastorno alimentario no oficial pero cada vez más frecuente, refleja este fenómeno. A continuación, te explicamos qué es, cómo identificarla y por qué es importante prestar atención a sus señales.
Es un comportamiento obsesivo caracterizado por la necesidad constante de comer de forma saludable y controlar el peso. Las personas con permarexia siguen dietas muy restrictivas, evitan alimentos que consideran “prohibidos” y se preocupan excesivamente por las calorías, aun cuando su peso es saludable o incluso bajo.
Algunos comportamientos pueden indicar la presencia de permarexia:
Las causas son variadas. Entre ellas se destacan la presión social para alcanzar un ideal corporal, la influencia de las redes sociales que promueven cuerpos delgados como sinónimo de éxito, y rasgos de personalidad como el perfeccionismo. También influye el acceso constante a información sobre dietas, muchas veces sin respaldo científico.
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La permarexia puede generar problemas físicos como déficits nutricionales, fatiga, caída del cabello, alteraciones hormonales y del sistema digestivo. También puede afectar la salud mental, generando ansiedad, aislamiento social, insatisfacción corporal crónica e incluso derivar en trastornos más graves como la anorexia o la bulimia.
El tratamiento requiere un abordaje integral que incluya terapia psicológica para trabajar la relación con el cuerpo y la alimentación, y el acompañamiento de un nutricionista para enseñar a comer de forma equilibrada y sin miedo. En algunos casos se necesita atención médica para tratar consecuencias físicas o trastornos asociados como la depresión.
La clave está en promover una cultura que valore la diversidad corporal y la salud integral más allá del peso. Hablar abiertamente sobre los riesgos de las dietas extremas, cuestionar los mensajes de belleza en redes sociales y fomentar la educación alimentaria desde edades tempranas puede marcar la diferencia.
La permarexia es un reflejo de cómo el deseo de cuidarse puede transformarse en un problema cuando se basa en la obsesión. Aprender a reconocer los signos y buscar un equilibrio entre alimentación, salud mental y bienestar es esencial para evitar consecuencias mayores.