Colombia
Al mantener una temperatura entre 77 y 138 °C y minimizar el tiempo de exposición a zonas inseguras, estos elementos logran preparaciones más seguras para los consumidores.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
El uso de las ollas de cocción lenta se ha extendido en numerosos hogares por su practicidad y eficiencia, pero muchos se preguntan acerca de su seguridad.
La tecnología detrás de estos dispositivos les permite cocinar los alimentos durante varias horas a temperaturas bajas, lo que garantiza la destrucción de bacterias y la seguridad alimentaria.
Las ollas de cocción lenta trabajan dentro de un rango de temperaturas de 77 a 138 °C, en las que el proceso combina calor constante, cocción prolongada y vapor dentro de un recipiente cerrado, lo que contribuye a eliminar potenciales microorganismos peligrosos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (Fda) recomienda precauciones específicas, como usar alimentos con alto contenido de humedad y asegurarse de que los ingredientes estén debidamente descongelados antes de comenzar la cocción.
Para minimizar cualquier posibilidad de contaminación, se debe comenzar con una olla y utensilios limpios y mantener los ingredientes refrigerados hasta el momento de prepararlos.
Al manipular carne y verduras, debe evitarse que los alimentos permanezcan a temperatura ambiente durante periodos prolongados, dado que el lento aumento de temperatura durante las primeras horas puede permitir la proliferación de bacterias si se introducen alimentos en mal estado o parcialmente congelados.
Las verduras deben colocarse primero, seguidas por la carne y el líquido recomendado en la receta, ya que los vegetales tienden a requerir más tiempo para alcanzar el punto óptimo de cocción.
Otro consejo relevante es mantener la tapa puesta, a excepción de los momentos necesarios para remover o verificar el estado de los alimentos.
La mayoría de las ollas de cocción lenta dispone de diferentes niveles de potencia, por lo que se sugiere iniciar con la opción más alta durante una hora para reducir el tiempo en el que los ingredientes se mantienen en una franja de temperatura menos segura y luego bajar la intensidad.
Si las obligaciones diarias no permiten este control, la cocción en modo bajo durante todo el ciclo es segura siempre que se respeten los tiempos que indica cada fabricante.
Una preocupación habitual es lo que ocurre durante un corte de electricidad, dado que en situaciones en las que los usuarios no se encuentren en casa, los especialistas recomiendan desechar los alimentos si se interrumpe el ciclo de cocción, incluso cuando parezcan bien cocidos.
Si el usuario está presente y el corte es breve, es posible completar la preparación siguiendo métodos alternativos, como cocinas a gas o parrillas.
Cuando la comida ha finalizado su cocción, resulta fundamental refrigerarla en recipientes poco profundos dentro de las dos horas posteriores al término del proceso, pues **no es recomendable recalentar sobras en la olla de cocción lenta; debe hacerse utilizando otros métodos hasta llevar la comida a 74 °C antes de volver a servirla.