Colombia
Emplear guantes desechables si hay heridas en las manos y cambiar los utensilios tras manipular carnes crudas son medidas que contribuyen a prevenir la contaminación cruzada.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
La higiene de las manos y de los utensilios en la cocina reduce de forma comprobada el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos, una preocupación constante en la salud pública mundial.
Según información divulgada por Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, mantener la limpieza en la manipulación de alimentos representa una de las defensas más efectivas contra bacterias y microbios presentes en el entorno doméstico.
El lavado adecuado de manos con agua tibia y jabón, durante un mínimo de 20 segundos, resulta indispensable antes y después de manipular alimentos, tras usar el baño, atender a personas enfermas, cuidar a mascotas o cambiar pañales.
La transmisión de bacterias como Salmonella y E. coli en la cocina suele producirse por contacto directo con superficies sucias, utensilios contaminados o alimentos crudos, motivo por el cual la higiene personal marca la diferencia en la incidencia de enfermedades.
Especialistas en cuidado alimentario aseguraron que cualquier herida o infección en las manos exige el uso de guantes desechables limpios, incluso al manipular huevos, carnes, pescados o aves crudas, la limpieza de manos y utensilios debe realizarse antes de tocar otros ingredientes o elementos.
Todo lo que entra en contacto con los alimentos, desde tablas de cortar hasta platos y cubiertos, debe permanecer impecable, pues superficies como grifos, mesadas y ollas pueden convertirse en focos de contaminación si no se lavan con agua caliente y jabón tras su uso.
Dos datos destacados: las tablas para cortar deben lavarse y secarse tras cada uso e incluso sanitizarse con una solución de cloro al uno por ciento; y todo utensilio que haya tocado alimentos crudos debe sustituirse por uno limpio antes de servir preparaciones cocidas.
Los paños y esponjas que se usan frecuentemente en la limpieza de la cocina deben pasar por un ciclo de lavado con agua caliente para evitar la acumulación de bacterias. Una alternativa eficaz para algunas tareas corresponde a las toallas de papel descartables.
Al cocinar y servir alimentos, el respeto por la limpieza de manos, utensilios y recipientes corta la cadena de transmisión de microorganismos nocivos.
Nunca deben reutilizarse platos o cubiertos que hayan contenido alimentos en crudo para platos ya cocidos, ya que esto facilita la transferencia de bacterias.
El empleo de termómetros para medir el punto de cocción requiere que la sonda se lave correctamente con agua caliente y jabón cada vez que se utilice en otro alimento.
Las mismas recomendaciones aplican tanto en entornos domésticos como cuando se cocina al aire libre, en picnics o parrilladas, por lo que llevar utensilios, paños y jabones limpios ayuda a garantizar la limpieza en todo momento.
Alejar productos de limpieza, mascotas y sustancias químicas del área de preparación de alimentos contribuye a evitar contaminaciones accidentales.
La pureza y la higiene en la manipulación de alimentos siguen siendo acciones clave para controlar la aparición de enfermedades, incluso cuando existen sistemas de inspección oficiales en mercados y supermercados.