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El cantante español celebra su cumpleaños este 8 de mayo. Uno de sus rasgos de estrella juvenil fue un lunar en su mejilla, que se removió por motivos de salud.
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Por: Equipo de redacción
Enrique Iglesias no solo heredó el talento musical de su padre, Julio Iglesias, sino también una vida bajo los reflectores. Sin embargo, el cantante siempre ha buscado su propio camino, incluso en detalles como su apariencia. Su lunar, ubicado cerca del ojo derecho, se convirtió en su seña particular; pero en 2003 decidió despedirse de él.
Aunque muchos fans lo extrañaron, la decisión no fue por vanidad, sino por salud. Este pequeño cambio en su rostro marcó un antes y después en su relación con la fama, que hoy celebra con una vida lejos de las portadas.
En 2003, Enrique reveló a Access Hollywood que su lunar fue removido por recomendación médica. "El doctor me dijo que con el tiempo podría causar cáncer", explicó. Aunque el procedimiento fue rápido, el artista confesó que no lo vivió con calma: "Vi sangre y pensé que me sacarían un ojo".
El cambio pasó casi desapercibido para sus amigos, pero no para sus seguidores, quienes habían estudiado cada centímetro de su cara. Después de todo, para cuando tuvo lugar esta cirugía, la superestrella española ya había grabado seis álbumes; todos ellos mostraban su joven y perfilado rostro en primer plano.
La fama de Enrique llegó a niveles absurdos. Su hermana, la figura televisiva Tamara Falcó, constantemente cuenta anécdotas de su infancia con él, puesto que son muy apetecidas por su fanaticada española. Por ejemplo, en 2020, reveló que algunos fans intentaron acercarse a ella con la intención de obtener su lunar para venderlo en eBay. "Pedían cosas ridículas de él", dijo.
Aunque la subasta nunca se concretó, la anécdota muestra cómo hasta los detalles más íntimos de las celebridades se convierten en objetos de deseo. Para Enrique, esto fue otra razón para proteger su privacidad, algo que ahora, en su cumpleaños 50, sigue siendo una prioridad.
Enrique construyó su éxito lejos de la sombra de su familia. Comenzó grabando maquetas bajo un pseudónimo y vendió un millón de copias de su primer disco. En 1997, ganó un Grammy como mejor artista latino y se consolidó como un artista independiente del ala de su padre.
Actualmente, con más de 100 millones de dólares en el bolsillo, once álbumes grabados y más de 300 premios de toda índole, Enrique prefiere una vida tranquila. Vive en Miami con Anna Kournikova y sus tres hijos, lejos de las revistas que lo persiguieron en su infancia.
En 2024, Enrique anunció que no lanzaría más discos, aunque seguirá sacando canciones sueltas. "La industria cambió", dijo, de modo que se adaptó a una era en la que publicar canciones en bloque, con el trabajo visual y artístico que implica, ya no es la norma.
Su enfoque ahora es disfrutar de su familia y giras selectivas. A sus 50 años, el cantante ha entregado el manejo de su legado musical a una bolsa y vive sin las presiones de hacerse viral o sorprender a toda costa.
El lunar de Enrique Iglesias fue más que un rasgo físico: fue un símbolo de su evolución. Desde su remoción por salud hasta los excéntricos intentos de lucrar con él, esta historia refleja cómo el artista ha manejado su fama con inteligencia. Hoy, celebra medio siglo de vida alejado del ruido, demostrando que el verdadero éxito está en la autenticidad.