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Google Maps es más que una app de navegación: permite ahorrar combustible, personalizar rutas y guardar dónde dejaste el carro.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
Muchos abren Google Maps, escriben un destino y siguen la línea azul. Pero lo que pocos saben es que esta herramienta de navegación, que parece tan sencilla, esconde funciones que pueden transformar cada trayecto en una experiencia más eficiente, personalizada y hasta ecológica.
Google Maps se ha convertido en mucho más que una brújula digital. Hoy, también es un aliado que ayuda a ahorrar combustible, encontrar el auto en un centro comercial abarrotado y recibir recomendaciones hechas a la medida del motor del vehículo. Todo, con unos pocos ajustes que, aunque discretos, marcan la diferencia.
Una de las joyas ocultas de la aplicación es la posibilidad de activar rutas que prioricen el menor consumo de combustible o energía, dependiendo del tipo de motor del vehículo. ¿Gasolina, diésel, híbrido o eléctrico? Google Maps lo tiene en cuenta y ajusta el recorrido para optimizar cada gota de combustible o cada kilovatio.
La configuración es sencilla: desde el perfil del usuario se accede a “Configuración”, luego a “Configuración de navegación”, y en la sección “Opciones de ruta” basta con activar la casilla “Priorizar rutas con menor consumo de combustible”. Después, se elige el tipo de motor, se confirma… y listo: el trayecto será más eficiente desde la siguiente búsqueda.
Además, en ese mismo menú es posible decidir si se quieren evitar peajes, autopistas o ferris, lo que permite personalizar aún más el camino.
Debajo de las opciones de ruta hay otra función poderosa y poco aprovechada: ‘Tus vehículos’. Este apartado permite registrar el tipo de coche que se conduce, lo que le da a Google Maps la posibilidad de ofrecer sugerencias de ruta aún más precisas.
Ingresar los datos del vehículo —sobre todo el tipo de motor— no solo ayuda a ahorrar, también mejora la experiencia general de navegación.
Este tipo de personalización convierte a la app en algo más parecido a un asistente que te conoce, que entiende tu manera de manejar y te recomienda rutas basadas en tu perfil automotor.
Todos hemos vivido ese momento. Salir de un concierto, un centro comercial o un aeropuerto y preguntarnos: ¿Dónde quedó el carro? Para eso, Google Maps también tiene una solución.
Al detener el vehículo, basta con abrir la app y pulsar el punto azul que marca la ubicación actual. Entre las opciones que aparecen está “Guardar ubicación de estacionamiento”. Se puede incluso añadir información adicional como el número de plaza o el nivel. Más tarde, al abrir el mapa, la app muestra con exactitud dónde se dejó el automóvil.
Google Maps no solo lleva del punto A al punto B. Cuando se aprovechan sus funciones menos visibles, se convierte en un copiloto estratégico: ahorra tiempo, dinero y evita dolores de cabeza.
En un mundo donde cada minuto y cada litro cuentan, dejar que la tecnología trabaje a nuestro favor —con solo unos ajustes— puede ser el mayor acierto al volante.