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¿Quién dijo que limpiar la freidora de aire tenía que ser una tarea tediosa? Existen varios trucos para evitar que la grasa vieja se apodere de tu electrodoméstico más versátil. Uno de ellos requiere un esfuerzo tan pequeño que estará listo cuando termines de comer tus papas fritas.
No necesitas un brazo musculoso para arrancar la grasa de tu freidora. Sencillamente, debes actuar a tiempo. Mezcla jabón de platos con un poco de agua caliente minutos antes de que tu comida esté lista. Una vez la sirvas, retira la canastilla y esparce tu agua jabonosa por las paredes.
Una vez hecho esto, ve a comer con tranquilidad. Cuando regreses a la cocina, esta combinación se habrá encargado de despegar la grasa sin frotar ni rayar el teflón. Solo necesitarás pasar una esponja suave por encima y tu freidora estará lista para el siguiente uso.
El vapor es un gran aliado en la limpieza de aquellas freidoras de aire que no son de canastilla. Llena la bandeja con agua, un poco de vinagre blanco (un excelente desengrasante natural) y enciende el aparato durante unos minutos.
Mientras te comes tus deditos de queso, el vapor ablandará la grasa y los restos de comida. Cuando vuelvas de comer, pasa un trapo y tu air fryer estará limpio.
Para evitar que un racionamiento de agua te agarre con la freidora sucia, una buena alternativa es el papel de hornear; también puedes encontrarlo como papel mantequilla o papel sulfurizado. Este papel es una barrera eficaz entre los alimentos y las paredes de la freidora.
Al colocarlo en la bandeja antes de cocinar, evitarás que la grasa se adhiera directamente a ella. Este truco te ahorrará la mitad del trabajo de limpieza.
Además de la limpieza diaria, es importante realizar una limpieza más profunda de tu freidora de aire cada cierto tiempo. Desenchufa el aparato, déjalo enfriar completamente y limpia todas las partes accesibles con una esponja suave y agua jabonosa.
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