Colombia
Tras años siendo etiquetado, el actor apuesta por un proceso de autotransformación y autenticidad que inspira a sus seguidores y revoluciona su trayectoria artística.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Jonah Hill ha sorprendido recientemente al público con una transformación física radical para su papel en la cinta Cut Off, lo que ha generado un debate sobre la relación del actor con su propio cuerpo, la presión mediática y la industria cinematográfica.
A sus 41 años, el comediante y director estadounidense ha querido mostrar una vez más que los cambios externos también son reflejo de un intenso proceso emocional y profesional, marcado por años de etiquetas y comentarios sobre su apariencia.
Hill tuvo su primera gran aparición en el cine en 2007 con Súpersalidos, cuando tenía 23 años y desde entonces, el público y buena parte de la prensa lo reconocieron tanto por su capacidad cómica como por un físico caracterizado por el sobrepeso.
Este rasgo influyó profundamente en la manera en la que los estudios y los espectadores percibieron su figura, propiciando que fuese encasillado en roles específicos: principalmente el del “chico gracioso con sobrepeso”.
En ese periodo, Hill llegó a pesar 127 kilos, situación que lo expuso a burlas, chistes recurrentes y a un escarnio mediático que condicionó no solo su trayectoria artística, también su bienestar personal.
Al respecto, el actor se ha referido a cómo el trato de los medios y los comentarios del público sobre su peso afectaron su percepción de sí mismo.
En numerosas ocasiones, Hill se convirtió en foco de atención por cambios físicos y fluctuaciones de peso, más allá de sus logros actorales.
Según relató en entrevistas recogidas por Ellen DeGeneres y otras publicaciones, durante su juventud y primeros años de carrera fue blanco de calificativos negativos y bromas que lo definían como “gordo y asqueroso”.
“Me hice famoso al final de mi adolescencia y pasé la mayor parte de mi juventud escuchando a la gente decir que era gordo, asqueroso y poco atractivo. Fue solo en los últimos cuatro años, escribiendo y dirigiendo mi película, Mid90s, que empecé a comprender cuánto me dolía y se me metía eso en la cabeza”, reconoció Hill.
Uno de los episodios más invasivos de su vida mediática ocurrió cuando una revista publicó un seguimiento minucioso de sus variaciones de peso, lo que él describió como un proceso doloroso y vergonzoso ante la falta de control sobre su propia imagen.
El propio Hill se refirió a una “instantánea” personal de su adolescencia que siempre intentó ocultar: aquella época en la que anhelaba pertenecer al mundo de los skaters y el hip-hop, aunque sentía que no encajaba y carecía de autoestima.
La primera gran transformación del actor se produjo a partir de 2011, cuando decidió, bajo la orientación de un nutricionista, modificar sus hábitos alimentarios.
Hill insistió ante los medios en que el proceso no incluyó métodos extremos ni atajos poco saludables, sino un cambio de rutina supervisado, por lo que reconoció que la comida japonesa tuvo un papel relevante en su dieta y que, por requerimientos profesionales, ha debido alternar entre distintos pesos en distintas etapas, adaptándose a los papeles que le ofrecía la industria.
“Quisiera decir que fue algo extraordinario, pero simplemente acudí a un nutricionista para que me orientara en cómo alimentarme mejor. Descubrí que ese tipo de comida me ayudó mucho”, contó el actor, que también reconoció que perder y recuperar peso para distintos proyectos ha representado un desafío físico y psicológico considerable.
Hill ha asumido de manera transparente el peso emocional que conllevan los antiguos comentarios sobre su aspecto, pues solo después de involucrarse en el guion y la dirección de Mid90s dijo haber comenzado a comprender y superar parte de ese dolor, aunque el proceso de reconciliación con su imagen continúa.
El actor explicó que el impacto de los comentarios y la presión de los estándares sociales en Hollywood persisten, y ha optado por calificarse como un individuo “en construcción”, reflejando una búsqueda constante de aceptación personal y profesional.
La transformación más reciente de Hill para Cut Off ha sido objeto de atención internacional. Fotografiado junto a Kristen Wiig en el set, el actor luce irreconocible con un look de jersey ajustado con estampado de leopardo, vaqueros de tiro bajo con flecos y cinturón que acentúa una figura significativamente más delgada.
En la película, Hill interpreta a un hombre privilegiado que debe enfrentar la vida y la incertidumbre junto a su hermano tras perder el apoyo económico de sus padres.
Esta transformación refuerza la capacidad camaleónica del actor y su propósito de romper definitivamente con los estereotipos que lo persiguieron en la industria cinematográfica.