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Han pasado dos meses desde que Raphael sufrió un accidente cerebrovascular durante la grabación del programa español La Revuelta. Tras diez días hospitalizado y múltiples exámenes médicos, se confirmó a través de un comunicado que el artista padece linfoma cerebral, con dos nódulos en el cerebro. Esta noticia lo llevó a suspender su gira por América y a centrarse en su recuperación.
Desde entonces, el icónico cantante español se ha mantenido alejado de los focos, rodeado del apoyo incondicional de su familia. No obstante, el tratamiento ha dado buenos resultados, al punto de que uno de los nódulos ha desaparecido y el otro está en proceso de hacerlo, lo que abre la puerta a su esperado regreso a los escenarios.
Aunque en su página web aún aparecen fechas como el 17 de mayo en Elche y el 31 de mayo en Almería, los rumores apuntan a que su gran reaparición podría darse el 5 de julio en el Festival Starlite de Marbella, un escenario emblemático en su carrera.
Ante estas especulaciones, Manuel Martos, hijo del cantante, ha preferido ser cauto y no generar expectativas antes de tiempo. Sin embargo, compartió con alegría que su padre está evolucionando favorablemente:
"El tratamiento va fenomenal, los médicos están muy contentos, y nosotros también. Todo va muy bien, que es la mejor noticia que podemos recibir. Ojalá siga así, pero vamos con cautela", comentó Manuel, con una sonrisa.
Sobre cómo Raphael está enfrentando el proceso, su hijo destacó su paciencia y determinación: "Se está portando muy bien. Hay que ir paso a paso, pero lo que más desea es volver a los escenarios. Vive por y para su música", confesó.
A pesar de la ilusión por su posible regreso, Manuel Martos subrayó que la prioridad es la salud del artista, y que tanto su equipo como sus seguidores lo entienden perfectamente.
"Él echa de menos el escenario, porque es lo que más le gusta en el mundo, pero sabe que todo llegará a su debido tiempo. Lo más importante es que está bien, con energía y muy animado. Eso nos llena de esperanza", concluyó.
Por ahora, solo queda esperar y celebrar que Raphael sigue en el camino de la recuperación, con la mirada puesta en el futuro y en su gran pasión: la música.
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