Así describió Gabriel García Márquez a Shakira: la profecía de una estrella mundial
Desde que la artista era muy joven, Gabo dejó claro su interés por escribir sobre ella, inspirado por su talento y su personalidad única.
Foto de Instagram @fundaciongabo.
Este 6 de marzo, en conmemoración del natalicio de Gabriel García Márquez, recordamos las palabras con las que el Nobel de Literatura definió a Shakira, resaltando su talento y personalidad única.
El vínculo entre Shakira y García Márquez trascendió la admiración mutua para convertirse en una amistad llena de respeto y fascinación. El escritor quedó cautivado por la manera en que la cantante barranquillera componía y expresaba sus sentimientos, hasta el punto de plasmar su visión sobre ella en un perfil publicado en 1999 en la revista Cambio.
Desde que la artista era muy joven, Gabo dejó claro su interés por escribir sobre ella, inspirado por su talento y su personalidad única. “Nada que se diga o no se diga de ella podrá ya cambiar su rumbo de artista grande e imparable”, sentenció el Nobel, quien supo ver en Shakira a una artista destinada a la grandeza.
En su análisis, el autor de "Cien años de soledad" destacó la autenticidad de la cantante y su entrega absoluta a la música:
“Si no canta, no vive”: Gabo describió la necesidad visceral de Shakira por la música. Para él, su arte no era un capricho ni una elección, sino un impulso vital: “Se dice fácil: ‘si no canto me muero’. Pero en Shakira es cierto: si no canta no vive”.
Una voz inquebrantable: El escritor resaltó la fortaleza vocal de la barranquillera: “Ha tenido que cantar agotada por las fiebres, ha perdido el conocimiento por cansancio, pero nunca ha sufrido la mínima alteración de la voz”.
Una artista sin igual: Para García Márquez, la cantante tenía una impronta irrepetible: “La música de Shakira tiene una impronta personal que no se parece a la de nadie, y nadie la canta ni la baila como ella a ninguna edad, con una sensualidad inocente que parece inventada por ella”.
La certeza del éxito: El Nobel también destacó que, desde pequeña, Shakira tenía claro que estaba destinada a ser una estrella mundial: “Con su rostro de niña perfecta y su engañosa fragilidad, tuvo siempre la certeza absoluta de que iba a ser un personaje público de resonancia mundial. No sabía en qué arte o en qué parte, pero no tenía una sombra de duda, como si estuviera condenada al fatalismo de una profecía”.
El sacrificio detrás del brillo: Aunque la imagen de Shakira proyecta energía inagotable, Gabo reveló el precio que pagaba por su entrega al escenario: “En una serie de cuarenta conciertos que hizo en Argentina no dio una mínima muestra de fatiga, pero en los últimos alguien la esperaba entre bambalinas para llevarla cargada hasta la camioneta”.
Una amistad marcada por la admiración
A pesar de que ambos decidieron proteger su relación de la opinión pública, Gabo no pudo evitar romper el pacto con el artículo que le dedicó a Shakira, convirtiéndose en uno de los más reveladores sobre la cantante.
Shakira, por su parte, siempre lo recordó con cariño y gratitud, resaltando su obsesión por la perfección: “Era muy obsesivo con su trabajo, podía editar sus libros hasta nueve veces. Y eso me recuerda a mí cuando estoy en el proceso de crear música”.
Años después de la partida del Nobel, sus palabras siguen resonando, no solo como un testimonio de su amistad, sino como un retrato de una artista que, como él mismo escribió, parece haber nacido con un destino escrito en la grandeza.